“El Palo Santo ha sido usado en rituales de limpieza y purificación desde tiempos inmemoriales por curanderos, kallawaya y chamanes andinos y amazónicos”
“La madera de Palo Santo que empleamos proviene de los árboles que han finalizado ya su ciclo de vida (…). Una vez caído el árbol se inicia un proceso alquímico de transformación natural que dura entre 3 y 4 años y sólo después de ese tiempo la madera adquiere características aromáticas y curativas. Se dice que los espíritus de los árboles del Palo Santo se materializan en el aceite esencial y son los responsables de que este sea tan potente”
Existe un árbol en América del Sur cuya madera al quemarse, una vez caído, tiene propiedades especiales, un olor penetrante, un humo claro y toda una historia de culto a sus espaldas. Los españoles lo denominaron “Palo Santo” hace siglos reconociendo su sacralidad y desde entonces sigue fascinando a quienes se acercan a conocerlo y sentirlo.
El Palo Santo (Bursera Graveolens) es un árbol oriundo de Sudamérica, sobre todo de Ecuador, Perú, Brasil, Argentina… Es de la familia de las Burseráceas como el incienso. Ha sido usado en rituales de limpieza y purificación desde tiempos inmemoriales por curanderos y chamanes andinos y amazónicos. Reúne tantas propiedades curativas que cuando los españoles llegaron en el siglo XV al nuevo continente lo denominaron “Santo”, Palo Santo, la madera sagrada.
El Palo Santo ha estado vinculado desde siempre a los rituales chamanicos de diferentes culturas, no hay ceremonia donde no se queme su aromática y exquisita madera. Los Lengua-Maskoy (pueblo indígena de Paraguay, cercano a Bolivia y Argentina) tienen la creencia que una fogata hecha con la madera del Palo santo evita que los espíritus maléficos se acerquen a las viviendas. Le atribuyen tal propiedad debido a la particular claridad de las llamas que surgen de esta madera encendida.
Los Tobas, habitantes originarios de la región del Chaco (Argentina), lo usan en sus ceremonias del fuego llamadas Nareg.
Actualmente es habitual su uso en ceremonias con plantas maestras como la ayahuasca, tanto en Europa como en América, de hecho no se entiende que en estas ceremonias no se queme su madera, ya que purifica el ambiente y limpia de malas energías la sala donde se realizan.
La madera de Palo Santo que empleamos proviene de los árboles que han finalizado ya su ciclo de vida y “mueren” de forma natural. Esto es así porque una vez caído el árbol se inicia un proceso alquímico de transformación natural que dura entre 3 y 4 años y sólo después de ese tiempo la madera adquiere características aromáticas y curativas. Se dice que los espíritus de los árboles del palo santo se materializan en el aceite esencial y son los responsables de que este sea tan potente.
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